Sembrar es una actividad que pude ayudar a relajarnos luego de un día de trabajo. O también, como un medio para poder distraernos en nuestro hogar, buscando de esta manera tenerlo como un muy buen pasatiempo.
Y es cierto que es relajante, pero también es verdad que de no cuidarnos, puede terminar por traernos consecuencias. Sobre todo en lo relacionado a nuestras manos y también cansancio por la postura.
Ahora encontrarás algunas recomendaciones de como poder cuidarte mientras sigues cuidando tu jardín.
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Como cuidar manos y espalda al sembrar.
Usa guantes.
Esta recomendación puede parecer obvia, incluso acepto que lo es. Pero también es cierto que muchas personas pasan por alto este asunto, pensando que pueden trabajar directamente. O sienten que les estorba.
A veces, algunas personas dejan de lado los guantes al sentir que no tienen sensibilidad a la hora de trabajar. Sobre todo si realizan plantas finas como los bonsái, en donde la exactitud es parte importante.
Algunas personas para poder solventar esto utilizan guantes de látex como los que usan los cirujanos. Pero estos son normalmente muy delgados, por lo que no te salvarán de una espina que tengas.
Lo mejor es usar guantes de cuero. Puedes ir a la tienda especializada y adquirir unos. Verás que con la práctica serán muy fáciles de poder utilizar.
Usa una pala para cavar.
Todos sabemos que las palas nos facilitan para cavar. Pero a veces cuando no estamos conscientes de su uso, podemos pensar cavar con las manos. Sobre todo cuando debemos únicamente remover un poco de tierra.
Esto es un error, porque eso maltrata las manos y también las uñas. Ya que la tierra quedará metida en su interior, siendo insalubre y difícil de quitar. Ten una pala pequeña siempre a tu lado.
De esta forma, no caerás en la tentación de ponerte a excavar o remover pequeñas porciones de tierra con las manos al no tener cerca la herramienta.
Afila tus herramientas.
Un gran error que tienen algunas personas es trabajar con objetos cortantes que no están afilados al máximo. Lo van dejando para después, sobre todo cuando ya empezaron a trabajar y les da pereza interrumpir.
El problema con ello es que necesitarás más esfuerzo para poder cortar, causando que tengas que tomar con más fuerza las herramientas. Todo ello terminará por lastimar y desgastar todavía más tus manos.
Lo mejor es tomarse el tiempo necesario para tenerlas en lo máximo. Puedes programar una vez cada cierto tiempo para llevarla al afilador.
Usa una silla para sentarte.
Dependiendo de donde hayas colocado tus plantas, es probable que tengas que agacharte por horas. O estarte inclinando para poder cortar o recoger. Todo ello hará que tu espalda termine lastimada con el tiempo.
Por ello mismo, es importante que siempre estés pensando en tu postura. Ya que en las primeras ocasiones terminarás simplemente con dolor de espalda. Pero posteriormente, puedes terminar lastimándote.
Una buena idea es comprar una pequeña silla de plástico, que no tenga mucho peso. De esta forma podrás ir moviéndola con facilidad, para sentarte donde necesites trabajar.
Toma pequeños descansos.
También es importante no realizar jornadas tan largas. Tanto tus manos como tu espalda necesitan pequeños descansos, para evitar inflamaciones que posteriormente puedan terminar por ser heridas.
Puedes programar un descanso cada 15 o 20 minutos, en donde te relajes los músculos, vayas a la sombra y midas como estás de cansancio. Si sientes que te has sobrepasado, podrías suspender labores.
Cuidar tu espalda y tus manos asegurará que puedas seguir sembrando por mucho tiempo. Y por supuesto, evitar complicaciones que vayan a lastimar tu cuerpo y estética.