Suele pasar que tenemos nuestras plantas con un color verde, que nos muestra que se encuentra saludable. Pero de un momento a otro, empiezan a tener un tono amarillento que nos parece indicar que algo no anda bien.
A fin de cuentas, el verde es su color natural. ¿Por qué las plantas se ponen amarillas? Y al conocer el origen, también podrás encontrar formas de poder evitar que esto suceda.
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¿Por qué estas plantas toman un color amarillo?
Primero, vale la pena recordar que el color verde de las plantas existe porque posee clorofila. Entonces, el tono amarillo lo toma porque ahora tiene clorosis, que en pocas palabras, significa que está perdiendo gradualmente clorofila.
Si quieres encontrar una semejanza con las personas, podemos hablar de los albinos, que toman un color blanco debido a la ausencia congénita de pigmentación comienza a perder su color natural.
También vale la pena saber que no existe un solo motivo por el que la clorosis puede llegar a aparecer en una planta. Es por eso que aquí te presentaré varias razones, que te permitirán detectar que está sucediendo con tu planta.
Causas de la clorosis en plantas.
Las causas más conocidas son:
Pérdida de nutrientes.
Las plantas para poder vivir necesitan extraer nutrientes del piso. En caso de irlos perdiendo, perderá varias propiedades, como firmeza, caída de hojas y el ya mencionado cambio a un color amarillento.
Esto puede solucionarse por lo general mejorando las condiciones del suelo. Para ello lo ideal sería conseguir abono para estar colocando en la tierra.
Algunos de los principales nutrientes que deberás cuidar que posea son:
- Fósforo
- Hierro
- Nitrogeno
- Potasio
Exceso de agua.
Un error que podemos llegar a comer es darle demasiada agua a nuestra planta. Sobre todo, este problema tiende a intensificar cuando estamos plantando en un terreno que no tiene buen drenaje, provocando charcos.
Por lo tanto, no necesariamente significa que te encuentres regando de más. Podría ser que le estés dando la cantidad adecuada, pero gracias al estancamiento que sufre en la tierra, tendrás este cambio como consecuencia.
Puedes verificar que no tenga estancamiento, al simplemente poner tus dedos sobre la tierra. Si incluso pasado el tiempo se siente siempre húmeda, puedes tener ese problema. Cambia la planta de lugar mientras tanto.
Problemas de iluminación.
La otra causa común es porque la planta no se encuentra recibiendo la cantidad suficiente de luz. Puede darse mucho en plantas interiores, que son guardadas en pasillos donde la luz del sol básicamente no la toca.
La necesitan para realizar fotosíntesis, por lo que es recomendable cambiarla a otro lugar para que pueda comenzar a recibir los rayos. Vale la pena destacar que el efecto contrario como darle demasiada iluminación, también puede llegar a dañarla.
Plagas en las raíces.
Otro motivo, aunque más raro si cabe, es que aparezcan plagas en la raíz. Esta suele ser difícil de detectar, por su naturaleza misma de estar bajo el suelo y fuera de nuestra vista. Por lo que no suele tomarse en cuenta.
La plaga más común para ello es la aparición de nematodos, que son un gusano de hecho a nivel microscópico que se adhiere a la raíz. Y gracias a ello, no permite que los nutrientes sean aprovechados como se debería.
Consigue un reverdeciente.
Debido a que es un problema bastante común, en algunos viveros y tiendas especializadas, pueden vender unos llamados reverdecientes.
Esto no es otra cosa que un quelato de hierro que se la agrega a la tierra. Ya que el motivo puede ser por clorosis férrica, en donde posee hierro por debajo de los niveles recomendados.
Ahora ya sabes porque las plantas se ponen amarillas, por lo regular no es una buena señal, por lo que deberás solucionarlo para que pueda seguir creciendo sanamente.